MUERTES POR CONTAMINACIÓN
Estudios liderados por la prestigiosa Universidad de Harvard, respaldados por varias universidades británicas como la University College de Londres, demuestran que actualmente la contaminación se cobra más de 8 millones de muertes al año, en consonancia con los informes de la Organización Mundial de la Salud, que las estima en más de 7 millones, y el European Heart Journal, que calcula más de 8,8 millones. Esta cifra es el doble de lo estimado en un principio y ha sorprendido a la comunidad científica.
Es decir, una de cada cinco personas fallece cada año por causas atribuibles a la contaminación atmosférica, debido especialmente a la quema de combustibles fósiles y cómo repercute esta en la calidad del aire. Así, la contaminación se ha convertido en un factor de mortalidad prematura aún más grave que el tabaco, ya que contribuye a enfermedades cardio y cerebrovasculares, a enfermedades respiratorias y a diversos tipos de cáncer, especialmente el de pulmón.
Los territorios con valores especialmente preocupantes son los EEUU, India, China y las áreas urbanas europeas. En Europa, llegaron a ser alrededor de 800000 las muertes prematuras anuales. Con las nuevas directivas, destinadas a paliar estos efectos devastadores, se ha reducido notablemente esta cifra, aunque aún se registran más de 400000 muertes prematuras en mayores de 40 años.
Son cifras que siguen siendo muy preocupantes y que se espera reducir a la mitad en los próximos años. Para ello, solo en Europa hay 4000 estaciones de vigilancia de partículas finas PM2,5, causantes de estas muertes prematuras y que hasta ahora había sido muy difícil detectar. Estas partículas se alojan en los pulmones y en el flujo sanguíneo, y a largo plazo son muy perjudiciales para la salud. La acumulación de agentes contaminantes nocivos para el ser humano se deriva, fundamentalmente, del tráfico intenso, la actividad industrial y la generación de energía, ligada a la quema de combustibles y a la calefacción.
Los investigadores demuestran que los indicadores de salud según los datos científicos no se han tenido ni se tienen encuentra a la hora de planificar los proyectos urbanísticos. De hecho, un punto especialmente preocupante es que los lugares con mayor concentración de las partículas contaminantes se acumulan en entornos de población vulnerable, como en colegios u hospitales.
Una de las buenas noticias es que las emisiones de ciertos contaminantes, como los dióxidos de nitrógeno, se han reducido de forma muy notoria en las últimas dos décadas, reduciendo en consecuencia la mortalidad asociada a ellos en un 54%, lo que se traduce en 60000 muertes menos solo en el año 2018.
El sector de la energía también ha aplicado medidas que han paliado la emisión de agentes contaminantes; los líderes políticos también se han reunido en Glasgow recientemente para tratar de reducir aún más las emisiones, sobre todo en los sectores más contaminantes, como el del carbón. Por otro lado, la emisión del sector de la construcción, agricultura y ganadería se ha reducido pero en cantidades insuficientes según los estándares europeos y de la OMS.
Muerte por contaminación en España
En España mueren cada año más de 44000 personas mayores de 40 años por contaminación atmosférica, lo que hace un 11% del total de fallecimientos. El 30% de estas muertes se produce en las áreas metropolitanas de Barcelona y Madrid. Además, Madrid es la capital europea que más muertes prematuras sufre por la acción del dióxido de nitrógeno. En el desglose de fallecimientos por agentes contaminantes, unas 23000 se derivaron de partículas PM2,5, mientras que 6800 se asociaron al dióxido de nitrógeno y 1800 por otras partículas.
Los altos índices de contaminación también suponen un fuerte impacto económico. Los costes sanitarios asociados a la calidad del aire cuestan cada año una media de 926 euros; por ello, las medidas políticas destinadas a la mejora de la calidad del aire y la reducción de gases contaminantes redundan no solo en una menor mortalidad y morbilidad, sino en una mejor economía local y global.
Las muertes prematuras por contaminación entran dentro de las coberturas del seguro de vida y, por supuesto, del seguro de decesos, por lo que si vives en un ciudad con unos niveles de calidad del aire muy bajos es recomendable contratar seguros que ofrezcan esta cobertura. También es buena idea contratar un seguro de salud que te cubra en caso de que la contaminación te haga padecer enfermedades o problemas crónicos que requieran análisis y tratamiento especializado. Puedes utilizar el comparador de Seguratis para encontrar tu seguro ideal al mejor precio.