EL COVID HA CAMBIADO NUESTRAS COSTUMBRES FUNERARIAS

Por desgracia, la pandemia del coronavirus impidió que el año pasado se pudiera acudir a los más de 17000 cementerios de España a rendir tributo a nuestros seres queridos. Unos cementerios que además, estuvieron saturados por la alta mortalidad del covid-19 sobre la población, especialmente sobre las personas mayores. La cifra de fallecidos, de hecho, ascendió a 493000 muertos, superando en más de 80000 el número del año anterior. Esto supuso un incremento del 17%.

Con este pico de muertes, las empresas funerarias tuvieron una facturación cercana a los 1700 millones de euros, muy superior a la de otros años aunque sin verse especialmente reflejado en los beneficios -debido, entre otras cosas, a los gastos extra derivados de la pandemia, los servicios que no se pudieron ofertar, la saturación de carga…-.

Este año, con la incidencia del covid aún vigente pero menos tenaz, son muchas las familias que pueden volver a acudir a los cementerios a realizar diversos rituales, que van desde los religiosos hasta los tradicionales, pasando por actos de ámbito puramente personal. Y es ahora, después de la terrible pandemia, cuando se empiezan a notar cambios en las costumbres funerarias de la sociedad.

Podemos ver cómo las personas más jóvenes, de menos de 18 años, se están interesando más por las visitas a los cementerios; no tanto para rituales religiosos como la oración, sino para mantener en buen estado las lápidas, poner flores y, en definitiva, interesarse por sus allegados fenecidos.

La franja de los 20 a los 30 años es la que más indiferencia muestra todavía a la hora de acudir a los cementerios. Por eso, y con el fin de acercarse a un nicho con mucho potencial de mercado, las empresas fúnebres están modernizándose a grandes pasos, apostando por el uso de las redes sociales y los servicios online, acercando su producto las pantallas para ser más accesibles a la nueva generación. La estrategia parece la adecuada, ya que hasta un 60% de los españoles estaría dispuesto a contratar los servicios de las empresas funerarias de forma digital.

Ya hay servicios que hasta hace pocos años parecían impensables: gestión del borrado de la vida digital, ceremonias funerarias por streaming, obituarios online, etc. Además, el creciente interés por el ecologismo y la sostenibilidad hace que los féretros o urnas biodegradables y respetuosos con el medio ambiente estén en alza; incluso se están empezando a utilizar coches fúnebres eléctricos

Por otro lado, podemos ver cómo se incrementan las incineraciones, que ya fueron un 45% del total del año pasado -en algunas provincias llegaron a ser casi el 75%-, y se calcula que para 2025 ya la elegirán hasta un 60% de los españoles. Una opción cada vez más escogida, y reforzada por la aparición del covid, es la cremación directa, donde no hay tanatorio ni ceremonia: simplemente se incinera al difunto en un ataúd básico y se entregan las cenizas en una urna funeraria. Sin alargamientos, sin tediosos eventos: la población opta cada vez más por el acortamiento del ritual funerario.

Un cambio en la tendencia se vislumbra también en las ceremonias. Desde la llegada del covid, un 85% de las despedidas tiene carácter religioso, frente a un 15% restante que prefiere un acto civil. Esto indica que muchas familias han abrazado la fe tras los duros momentos vividos en la pandemia.

Hay cosas que no han cambiado, no obstante. Y es que el ser humano precisa del contacto social y rodearse de los suyos para superar las fases del duelo. Por eso, aunque cambien las tendencias y las costumbres funerarias, la necesidad del apoyo emocional y el contacto físico seguirán con nosotros para siempre.

Recuerda que un seguro de decesos garantiza la prestación de un servicio funerario adaptado a las costumbres y deseos del cliente, siempre y cuando sus deseos puedan verse cumplidos por la oferta de las empresas funerarias de la localidad. Si tienes alguna duda, no dudes en contactar con Seguratis y te asesoraremos en cuáles son los seguros de decesos más novedosos.