ENTIERRO O INCINERACIÓN: ¿QUÉ ES MEJOR?
A la hora de elegir cómo dar el descanso final a nuestros seres queridos, hay un debate que está más vivo que nunca: ¿qué es mejor, enterrar o incinerar? La población española está empezando a decantarse como la incineración como método preferente. A día de hoy, la cremación la elige alrededor de un 41% de la población. Sin embargo, la tendencia va al alza, y se espera que para 2025 el porcentaje de incineración supere el 60%. Algunas provincias, de hecho, ya se mueven en unas cifras de incineración cercanas al 70%.
España es el país europeo con más hornos crematorios: hay más de 442 y el número va en aumento. El crecimiento de la cremación frente a la inhumación se acentúa en los entornos urbanos.
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Entierro o incineración: ¿qué es mejor?
La elección entre entierro o incineración es totalmente individual, pues responde a las creencias personales o al mero deseo del difunto. Los dos grandes aspectos que determinan la decisión son el económico y el ecológico.
Entierro o incineración: ¿qué es más barato?
A pesar de que puede dar la impresión de que la incineración es más económica, realmente no es así. Informes de la OCU confirman que la diferencia apenas es reseñable. Así, una inhumación cuesta una media de 3739 euros, mientras que una incineración 3167. La explicación es que hay muchos elementos que marcan el precio de un entierro o incineración, como veremos más adelante. No obstante, cabe resaltar que el precio varía mucho según el municipio. Un entierro en Vigo, por ejemplo, cuesta más de 6000 euros, mientras que en Zaragoza puede costar menos de 3000 euros.
De forma general, lo más caro en un entierro es el féretro, cuyo precio medio -por un modelo básico- es de 1200 euros. Lo que la gente suele olvidar es que una incineración también requiere de un ataúd y, por tanto, es un precio que hay que desembolsar igualmente.
Otro factor elemental es el coste de la inhumación y la asignación del cementerio. Es aquí donde encontramos las mayores diferencias de precio según la ciudad elegida. El precio lo marca la demanda y la disposición de suelo público. El mismo proceso puede costar apenas unos pocos cientos de euros en ciudades como Murcia a alcanzar los miles en grandes urbes como Madrid. De media, el montante asciende a 646 euros. En una incineración estos pasos no tienen lugar, pero se paga, en cambio, el proceso crematorio, que cuesta unos 547 euros. La diferencia, por tanto, no es especialmente elevada.
Hay otros factores que son comunes tanto en una inhumación como en una incineración: velatorios y tanatorios, esquelas, personal, coronas de flores, etc. En última instancia, una ventaja que tiene la cremación es la cremación directa. Esta consiste en un servicio básico que prescinde de elementos accesorios, como pudiera ser el velatorio. En la cremación directa solo se procede a la recogida del difunto y tratamiento del cadáver, el enferetramiento, el proceso crematorio y la entrega de urna, nada más. Tenlo en cuenta si quieres decantarte por una opción un poco más económica.
Entierro o incineración: ¿qué es más ecológico?
Ni un entierro ni una incineración son especialmente amigables con la naturaleza. El proceso de una incineración requiere temperaturas que superan los 800 grados en un horno crematorio especialmente diseñado. A esto se le suma el empleo de más de 20 litros de aceite, y también carbón. El objetivo es evitar o filtrar emisiones contaminantes, así como la propulsión de metales pesados o tóxicos.
Sin embargo, el resultado final es que cada cuerpo incinerado expulsa a la atmósfera, de media, más de 25 kilos de C02. Adicionalmente, el esparcimiento de cenizas, que en muchos casos está prohibido o regulado, puede tener consecuencias dañinas sobre el medio ambiente. Si tu idea es enterrar la urna, una opción más ecológica es utilizar urnas biodegradables, que además son más baratas.
En el caso de una inhumación, conviene analizar los materiales y procesos que están ligados al uso del féretro. Este suele tener componentes derivados del petróleo, además de una cobertura de zinc en el interior. Además, el lacado o el barnizado del ataúd usa productos químicos tóxicos y perjudiciales con el medio ambiente. Si lo deseas, algunas compañías fúnebres ofrecen ataúdes de cartón con un precio muy económico (100 euros).
Pero el mayor problema de los entierros, y el que más influye en la deterioración del medio, es la cada vez más acuciante falta de espacio, que a su vez implica una degradación del entorno y una modificación del hábitat. También puede desembocar en la proliferación de bacterias o enfermedades.
Seguro de decesos: incineración o inhumación
Ya sea que optes por un entierro o por una incineración, un seguro de decesos corre con los gastos derivados del proceso del servicio fúnebre. Es una cobertura básica, pero la mejor opción es utilizar un comparador de seguros para ver qué seguro ofrece la mejor póliza y las garantías ideales.