SEGURO DE DECESOS VS SEGURO DE VIDA
Una de las dudas más comunes de los usuarios es qué diferencia hay entre un seguro de vida y uno de decesos. Las coberturas básicas de ambas pólizas se activan tras el deceso del asegurado y aplican una prestación económica, pero las diferencias son notables, como vamos a ver a continuación.
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Diferencia entre seguro de decesos y seguro de vida
Un seguro de defunción se encarga de cubrir el gasto económico del entierro del asegurado, además de gestionar los trámites necesarios tras la defunción. En un seguro de vida, sin embargo, los beneficiarios reciben una indemnización económica de forma directa; en muchos casos, se puede pedir un anticipo de esta cuantía. Este anticipo permite que los beneficiarios puedan cubrir por su cuenta el entierro o la cremación, con el inconveniente de que en este caso no es la aseguradora quien gestiona directamente el servicio.
Según las características de la póliza (normalmente como cobertura complementaria), un seguro de vida puede también aplicar sus garantías en caso de invalidez del asegurado.
Podemos decir que un seguro de vida se centra en garantizar la protección económica de los beneficiarios en forma de una compensación de capital, mientras que un seguro de decesos se limita a que los seres queridos no deban lidiar con el coste y la burocracia del entierro.
Además, en un seguro de decesos el capital asegurado se calcula en función de los servicios funerarios que el tomador desee contratar, dependiente también de la localidad del sepelio -que influye, y mucho, en el precio de un entierro-. En un seguro de vida el tomador elige el capital de indemnización, y la prima se calcula en torno a esa cifra.
Si finalmente la familia decidiera organizar un sepelio con un coste mayor al del capital asegurado en un seguro de decesos, debería correr con el sobrecoste. A su vez, si finalmente el coste del entierro no alcanzase la cifra prevista en la póliza, la familia tendría derecho a recibir en forma de capital la diferencia económica.
Además, la prima de un seguro de vida permanece invariable salvo que el tomador desee modificar la indemnización de capital. En un seguro de decesos, en cambio, se tiene en cuenta la actualización del coste del sepelio, generalmente de forma anual, por lo que la suma asegurada varía según la contratación de los servicios, repercutiendo en la prima.
En cuanto a la comunicación del fallecimiento para la aplicación de las coberturas, en un seguro de decesos no es necesario que sea ninguna persona en concreto quien notifique la defunción a la compañía. Basta con que esta reciba la certificación oficial del fallecimiento para que ponga en marcha el engranaje de sus garantías. En un seguro de vida, son el tomador o los beneficiarios los que tienen que comunicar el siniestro a la compañía aseguradora hasta un máximo de 7 días tras el suceso.
Por último, cabe resaltar que en un seguro para muertos todos los miembros del núcleo familiar pueden ser asegurados, mientras que en un seguro de vida no se puede asegurar a personas menores de catorce años.
Ventajas de un seguro de decesos vs un seguro de vida
La principal ventaja de un seguro de vida es que el capital de indemnización es notoriamente superior al de decesos, que solo cubre el coste del entierro, por lo que los seres queridos tienen garantizada una mayor protección y holgura económica para afrontar tranquilos el revés de la muerte del asegurado.
La ventaja de un seguro de decesos frente a uno de vida es que la compañía aseguradora cubre directamente y de forma inmediata los costes del sepelio, que redunda en la comodidad de los seres queridos, ya que no tendrán que asumir temporalmente ningún tipo de coste ni encargarse del duro ajetreo de la organización del sepelio.
Además, ambos seguros presentan coberturas complementarias diferentes que nos pueden hacer decantar por uno u otro en función de nuestras necesidades e intereses.
Coberturas de un seguro de decesos y coberturas de un seguro de vida
Las coberturas complementarias de un seguro de decesos incluyen: asistencia en viaje, borrado de vida digital, testamento online o asistencia psicológica, entre muchas otras.
Las coberturas de un seguro de vida incluyen muchas garantías para situaciones adversas que, sin ser un fallecimiento, sí que afecten a la capacidad económica o de sustento de los asegurados. Por ejemplo, es habitual suscribir una cobertura por invalidez absoluta o permanente del asegurado a causa de un accidente, así como el pago de capital en caso de enfermedad grave, como el cáncer.
Seguro de vida o seguro de decesos: ¿qué contratar?
La elección de un seguro de vida o uno de decesos es una elección personal que depende de los intereses del tomador. Hoy en día, ambas pólizas presentan coberturas que diversifican y amplifican los beneficios para el cliente.
Uno de los factores más a tener en cuenta es que la indemnización de un seguro de vida es mucho mayor que la cobertura económica de un seguro de decesos, por lo que puede ser una buena opción si el tomador es el sustento económico de la familia, si todavía quedan muchos plazos de hipoteca o si hay algún tipo de crédito pendiente que pueda poner en compromiso la protección económica del hogar.
Lo ideal sería la combinación de ambas pólizas, ya que el seguro de decesos garantiza la inmediatez del servicio -liberando a la familia de un adelanto económico-, así como la comodidad y bienestar de los familiares en el proceso de duelo (asistencia en viaje, asistencia psicológica, borrado de vida digital…), mientras que un seguro de vida se centra en el bienestar económico de los beneficiarios, con coberturas destacables como la indemnización por invalidez permanente.
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